Le preguntó a uno de ellos:-¿Por qué están comiéndose el césped?-No tenemos dinero para comida -contestó el pobre hombre-. Por eso tenemos que comer césped.Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré -dijo el banquero.
-Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aqu e l árbol.
-Que vengan también -dijo nuevamente el banquero.
Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:
-Usted también puede venir.
El hombre, con una voz lastimosa dijo:
-Pero, Sr., ¡yo también tengo esposa y tres hijos conmigo!
-Pues que vengan también -insistió el banquero.
Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:
-Sr., es usted muy bueno. ¡¡¡Muchas gracias por llevarnos a todos!!!
El banquero le contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo! Les va a encantar mi casa.... ¡El césped tiene como veinte centímetros de alto!
Moraleja: "Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces"